Reportarse enfermo para no ir al trabajo es una técnica estándar que puede servirte una que otra vez, pero fingir un desvanecimiento es una estrategia más arriesgada y peligrosa aunque mucho más efectiva, y este hombre lo ha demostrado.
En un video compartido en Twitter, el usuario ElpedroThe2nd confesó que mientras la gerente estaba frente a él en una caja registradora fingió un desmayo, bastante convincente como para que le dieran atención y sus jefes decidieran enviarlo a casa.
Este empleado comenzó a hacer gestos de dolor (algo muy fácil porque su cruda ya lo estaba atormentando) y luego se puso la mano en la cabeza como si estuviera mareado. Siguió haciendo operaciones en la computadora y después se agarró de una separación de plástico antes de dejarse caer hacia un lado. Entonces la gerente dejó lo que estaba haciendo para atender a su empleado.
Su actuación fue muy buena, pues incluso se golpeó un poco la cabeza sin lastimarse, forzó su respiración durante unos minutos y no respondía a quienes le hablaban.
Su plan funcionó a la perfección. Lo dejaron descansar un momento, le dieron gratis una bebida Lucozade y una barra de chocolate Galaxy para que se recuperara, y luego lo enviaron a su casa, donde pudo dormir el resto del día para descansar la resaca.
Un año y medio después decidió publicar el video y su confesión. Entonces la gerente y sus compañeros supieron que los habían engañado, pero ya había pasado mucho tiempo y lo tomaron con humor.